93MillionMilesFromTheSun (Parallax Sounds, 2009)
No recuerdo haber armado un compi para nadie entre finales de los ochentas y principios de los noventas. Pero más o menos puedo imaginarme que, si alguien, durante ese lapso de tiempo, quiso mostrarle a otro alguien qué música era la alternativa dentro de lo alternativo; lo más probable es que haya comenzado con The Jesus And Mary Chain y terminado con Slowdive, combinando en el cassette -hey, ¿en qué creías que lo iba a grabar?- temas de Ultra Vivid Scene, Spiritualized, Pale Saints, Ride, Lush y, cómo no, Chapterhouse.
No recuerdo tampoco en qué momento el término “shoegazing” llegó a mis oídos, ni estoy seguro de si supe en ese instante que se convertiría en una veta a seguir cada vez que tuviese la oportunidad. Más allá de las nomenclaturas, lo que prevalecía era esa imponente capacidad de todas aquellas bandas para armar buenas canciones, rotundas a la vez que sugerentes. Tan poderosas como para convertirlas en referentes, y ubicarlas dentro del espectro sonoro de una (naciente) década.
Luego de más de 15 años de aquella florescencia, los terrenos del también llamado “baggy” parecían abandonados no sólo por sus antiguos paladines, sino por la copiosa feligresía que éstos supieron congregar. Parecía que todo quedaba reducido a un afán revisionista y cuasi sectario -en donde pesaba más la celebración de la añoranza que el entusiasmo frente lo vigente. Un status quo que buenamente se ha subvertido en el último lustro, ante la repoblación de grupos que recogen la posta y se muestran empecinados en prendernos/prendarnos del género nuevamente. En medio del renacido vergel, crece robusto 93MillionMilesFromTheSun y su autotitulado debut en largo, con visos de fortalecer lo que se ha coincidido en llamar y celebrar como “nu-gaze” (Fleeting Joys, Maps y otros seguramente ya conocidos por ti).
¿Y eso qué es? Pues un nuevo espectro que se vale de las mismas artimañas con las que sus predecesores nos cautivaron. Aperturas a lo My Bloody Valentine (como en “StepIntoTheHigh”), pequeñas sinfonías etéreas que rescatan lo más áspero de Slowdive (como en “EverthingINeed”), melodías hechas de fuzz para ya no extrañar a Ride (como en “TakeMeAway”). El ahora trío de Doncaster -antes cuarteto- se muestra tentador en su radiante estreno, al mismo tiempo que vigoriza su propuesta, que te podría parecer manida, con el “simple” y especial hecho de construir canciones. Conocedores de cada esquina de la comarca dream pop, no pierden de vista las bandas señeras, claro, pero no se abandonan al calco -sino que buscan iluminarse con su guía, para sentir el calor prístino de sus envolventes atmósferas y volcarlas en una placa que no permite dudar de su contundencia. Suenan (re)cargados en distorsiones, matizando esa rudeza con una voz heredera de las entonaciones sugestivas de aquellas gemas que aún debe tener en tu reproductor –Spacemen 3, Swervedriver-, y que casi podrías sentir como esa brisa necesaria para este verano. Nos cautivan ya sea en sus números largos (los 11 minutos y medio de “CityLights” son apabullantes) o en sus paseos cortos pero no menos intensos (“DarkeStar”).
Redondeando el largo, encontramos el plausible detalle de titular las canciones de forma evocativa, siempre prevaleciendo lo panorámico, lo contemplativo, lo exógeno. Es con la música que el trío nos impulsa al exterior, al despegue, al sabernos más que piel y huesos. Es más que tres sujetos testeando el fuzz nuevo que hace juego con su guitarra vintage. Navegar en la espesura cósmica de 93MMFTS no nos resultará novedoso, pero es una jornada que se agradece en tanto recupera todo lo que nos hizo gustar de la música que aún nos acompaña. A viajar.
Christian Manzanares
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ENLACES RECOMENDADOS
http://www.discogs.com/artist/93MillionMilesFromTheSun (en Discogs).
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1 comentarios:
Lo descargue hace tanto, como dices, llama atención el lado Escrito de la banda. Desde el título ya podía imaginar algo de resonancias cósmicas. Sin embargo, al darle una escuchada me aburrí hasta el extremo. Lo sentí fofo y tedioso. Bueno, aun busco la Banda Prodigio. Está por ahí, está por ahí, puedo sentirlo...
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