LUZ DE AGOSTO, DE WILLIAM FAULKNER: LA ABUSIVA INTOLERANCIA DE LA VIDA RURAL

20 de septiembre de 2013

 

La intolerancia social trae como consecuencia una hostil discriminación dirigida hacia grupos o personas, y nacida del sólo hecho de pensar, actuar o ser diferente. Las diversas manifestaciones de este fenómeno poseen en común la exaltación de la propia identidad como valor supremo; ya sea étnica, sexual, ideológica o religiosa, desde la cual se cree justificable el ejercicio de la marginación al prójimo. El individuo intolerante considera que ser diferente se traduce en una razonable desigualdad en cuanto a derechos constitucionales.


Por lo tanto, a tal atropello contra la libertad cabe preguntarnos: ¿dónde están los intelectuales comprometidos más allá de los egos y la construcción de cuestionables cofradías? ¿Acaso son sepultureros de un tiempo de intrigas y de falsos debates promovidos por paradigmáticas figuras sociales, políticas y religiosas? ¿Están los intelectuales cumpliendo el rol que deben cumplir más allá de artículos periodísticos inspirados por afanes de deslumbramiento de poder y prestigio?

No cabe duda de que el desaliento y la vergüenza pueden sumirnos en un habitáculo de sopor y modorra. ¿Dónde está quedando nuestra conciencia para defendernos, para denunciar injusticias, sin agacharnos para esquivar el manotazo violento del ensañamiento? Para responder a esta llamada de atención y justo cuestionamiento, hacemos el siguiente análisis sobre Luz De Agosto, la portentosa novela de William Faulkner -uno de lo más grandiosos escritores del siglo XX.

ECOSISTEMA, TINTA Y ALCOHOL

William Cutberth Faulkner nació el 25 de septiembre de 1897 en New Albany (Misisipi). Era el mayor de cuatro hermanos en una familia tradicional del sur de Estados Unidos, formada por Murry Cuthbert Falkner y Maud Butle (la cuña de la “u” en su apellido llegaría después). Estuvo muy influido por su entorno natal, así como por el color ecológico del Sur: Misisipi marcaría el sentido del humor del escritor y mantendría una fuerte presencia a lo largo de toda su obra. El carácter típico sureño fue una constante, que junto a la atemporalidad de sus temas estableció la atmósfera de todas sus recreaciones literarias.

En 1915, el joven Faulkner dejó los estudios y empezó a trabajar en el banco propiedad de su abuelo. Durante la Primera Guerra Mundial, ingresó como piloto de la Real Fuerza Aérea británica. Cuando regresó a su ciudad, entró como veterano en la Universidad De Misisipi, aunque volvió a abandonar los estudios -esta vez, fue para dedicarse de lleno al arte literario. Paralelamente, realizó trabajos como pintor de techos o cartero en la Universidad De Misisipi, y publicó su primer y único libro de poemas: The Marble Faun (1924).

A partir de 1921, Faulkner trabajó como periodista en Nueva Orleans, donde conoció al escritor de cuentos Sherwood Anderson, quien le ayudó a encontrar un editor para su primera novela, La Paga De Los Soldados (1926). A pesar de que su vida transcurrió en su mayor parte en el inspirador, inagotable Sur, viajó constantemente. Conocía a la perfección ciudades como Los Ángeles, Nueva Orleans, Nueva York o Toronto; y vivió cerca de cinco años en París (cabe destacar que no frecuentó los círculos literarios de la así llamada “Generación Perdida”). En esta última ciudad, mantuvo contacto con negros y blancos como pretexto para presentar personajes característicos del grupo sudista arruinado del cual era arquetipo su propia familia. La primera de sus novelas basada en estos elementos es Sartoris (1929), en la que identificó al coronel Sartoris con su propio bisabuelo -que fue soldado, político, constructor ferroviario y escritor. Después aparece El Sonido Y La Furia (1929), confirmando su madurez creativa y dando inicio a su etapa más fértil desde el punto de vista literario.

En 1929, Faulkner contrajo matrimonio con Estelle Oldham, estableciendo casa y residencia en el pequeño pueblo de Oxford. Pasó una temporada de viaje por Europa y a su regreso comenzó a escribir una serie de novelas ambientadas en el condado ficticio de Yoknapatawpha -del cual hace una descripción geográfica y traza un mapa en ¡Absalón, Absalón! (1936). En 1946, el crítico Malcolm Cowley -preocupado porque Faulkner en un principio era poco conocido y apreciado- publicó The Portable Faulkner, libro que reúne extractos de sus novelas en secuencia cronológica.

A pesar de haber cosechado reconocimiento en vida relativamente joven, William Faulkner vivió muchos años sumido en un alcoholismo destructivo que entorpecía su labor creativa. Sin embargo, la publicación en 1950 de sus Narraciones Completas, unida al Premio Nobel de Literatura que recibió ese mismo año, le dio el espaldarazo definitivo para ser aceptado en su propio país como el gran escritor que era. En el apartado de premios, Faulkner tuvo un reconocimiento tardío aunque generalizado. Además del ya mencionado Nobel, también recibió el premio Pulitzer en 1955 y el National Book Award (éste entregado ya de manera póstuma por la edición de sus Narraciones Completas). Faulkner siguió escribiendo novelas y cuentos hasta su muerte en Byhalia, el 6 de julio de 1962, a causa de un infarto de miocardio. Sus restos descansan en el Oxford Memorial Cemetery, en Oxford.

EN BUSCA DE SUS RAÍCES

Luz De Agosto (1932) es la historia de la persecución que emprende Lena Grove en contra del hombre que la dejó embarazada. La trama externa nos presenta el periodo de tres semanas que permanece Lena en el condado de Yoknapatawpha. La novela se cierra con la misma Lena ya alumbrada, reemprendiendo su búsqueda (que asume con un aura mítica). Las dos interpretaciones del título aluden a Lena Grove: se ha destacado este hecho en la crítica que señala que la novela comienza y se cierra con Lena Grove en su mítica y arquetípica indagación. Dentro de una trama llena de horrores góticos, ella parece ser la única marca de claridad, y su “alumbramiento” marca el triunfo de las fuerzas de la Luz en un mundo dominado por la violencia, el oscurantismo y el puritanismo.

Pero Luz De Agosto también nos estremece al detallar la atormentada existencia de Joe Christmas, un hombre negro que emprende una desordenada “epopeya”, finiquitada por su linchamiento a causa de haber asesinado a la mujer blanca que era su amante. Todo esto, en un Deep South heredero de la tradición esclavista y segregacionista, incapaz de aceptar a un personaje de color como Christmas -un outsider dentro de aquella sociedad tradicionalista que, prácticamente, busca su propia condenación.

Son varios los personajes agobiados por los sentimientos culposos que Nietzsche describiera en su famoso tratado La Genealogía De La Moral. El abuelo materno de Christmas lo arroja a un orfanato para que inicie la expiación de su origen negro. Hightower, el anciano reverendo, perdió su cargo después de que la comunidad de la ciudad se enterase de la manera en que su esposa le engañaba, y de la sórdida muerte de ésta en la habitación de un hotel. El padrastro de Christmas padece una portentosa ira santa al saber que su hijo dilapida en mujeres y licor el poco dinero que le ha dado. Así también, Lena Grove, el reverendo Hightower y el mismo asesino Joe Christmas son castigados por haber violado los principios reguladores de la vida en comunidad: Lena al quedar embarazada, Hightower por haberse unido a una pecadora, Joe Christmas debido a su origen racial.

La estructura narrativa de la novela se aleja de los experimentos espacio-temporales de algunas de las novelas precedentes de Faulkner. Desde este punto de vista, Luz De Agosto estructuralmente se acerca más a ¡Absalón, Absalón! que a El Sonido Y La Furia y a Mientras Agonizo. Deben subrayarse dos cosas aquí: la primera es la circunscripción temporal al mes de agosto (verano en el hemisferio boreal) -lo que nos lleva a una expresión faulkneriana que trasmite un ambiente pagano, clásico, caluroso, vegetativo y fértil en la novela. Además, y esto es lo segundo, este hecho remarca que el hilo central de la trama se lleva a cabo en agosto, aunque los temas de la novela nos llevarán en el tiempo hasta la infancia de Christmas y a la lejana Guerra Civil, mediante los discursos afiebrados del reverendo Hightower.

LAS MISERIAS DEL CAMPO

Luz De Agosto es inquietante y amarga. Los protagonistas están muy bien dibujados (incluso desde los pequeños esbozos de cada uno), y la voz protagonista es la de un pueblo sureño que todavía se niega a creer que ha perdido la Guerra Civil -una voz cruel, violenta, machista, esclavista, racista y fanáticamente religiosa. La técnica moderna de la narración novelística construye escenarios donde el atavismo religioso, la intolerancia y el racismo evidencian el derrumbamiento de un sistema tradicional de valores. La historia incendiaria de los que fracasan, el mundo que naufraga de pie, con su orgullo y obcecación; fueron los tópicos que conmovieron a los novelistas latinoamericanos de la segunda mitad del siglo XX.


Faulkner es considerado uno de los creadores de ficción más importantes de la literatura del siglo pasado, a la altura de Marcel Proust, Franz Kafka y James Joyce. Su influencia en la letras reposa tanto en aspectos técnicos como el desarrollo del monólogo interior, el multi-perspectivismo, la oralidad de la narración, un manejo no cronológico del tiempo en el relato; como en aspectos temáticos tales como la decadencia de una familia, el fracaso, la creación de un territorio de ficción propio en el que delimitar un ciclo de relatos, la obsesión con la historia, la combinación de localismo y universalidad. Su personalísimo estilo -construido a partir de frases extensas y atropelladas de gran barroquismo y potencia expresiva, a cuya fascinación es difícil sustraerse- se impuso finalmente a los críticos. Faulkner dejaría su impronta en gran medida en autores posteriores de lengua española, como Juan Rulfo, Juan Carlos Onetti, Gabriel García Márquez y Mario Vargas Llosa. Vale acotar aquí que Jorge Luis Borges tradujo a nuestro idioma su novela Las Palmeras Salvajes.

De este paisaje cultural emerge la literatura de William Faulkner. Hijo del Sur profundo, son sus personajes herederos de los males que el siglo anterior dejó en sus descendientes. La intolerancia religiosa de un puritanismo severo, la defensa del esclavismo como la mejor manera de mantener al negro atado a la producción de la tierra, el destino doloroso de injusticia, insolidaridad, soledad y desesperación que acecha entre los bosques del Sur a los seres humanos; componen el imaginario que constituye la obra faulkneriana. Tanto así que, cuando se termina de leer Luz De Agosto, de súbito encajan todas las piezas en la cabeza. Y uno se da cuenta de que lo que Faulkner ha conseguido no es la anécdota de un pueblo sureño, sino un mosaico magistral de la vida que poco a poco, con retazos de un lado y de otro, cobra sentido al cerrar el libro.

Luz De Agosto es un vívido retrato de cómo un sector de la población manifiesta un injustificable sentimiento de rechazo hacia lo diferente. Esta reprobable actitud representa una enmascarada forma de repudio  que se reproduce en la vida cotidiana y en el conjunto de percepciones que la acompañan. Se caracteriza porque produce la discriminación y exclusión de grupos vulnerables. También genera conflictos en la definición de lo que representa la “buena vida” en la sociedad contemporánea.

Se debe tener presente que la esencia de las formas de abuso de poder radica en su carácter antiliberal, antidemocrático, anti-humanista, anticultural, irracionalista y nacionalista. Esto implica toda distinción, exclusión, limitación o preferencia fundada en la pertenencia étnica o la preferencia sexual, idioma, la religión, las opiniones políticas, el origen nacional, la posición económica o social; que tenga, por finalidad o por efecto, destruir o alterar la igualdad en el trato. Es necesario concientizar al poblador indefenso de que cada uno de nosotros es un universo distinto, y esas diferencias son justamente las que nos hacen especiales, únicos e irrepetibles.

Jorge Antonio Buckingham


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